1 sept 2008

El cuadrado de las Bermudas

Cada vez más tocado y hundido entre formas geométricas, colorines y demás. Las chispeantes luces enciegan hasta que los ojos lloren y la sed aumenta por cada minuto de ausencia de psicofonías violentas. Me mantengo por el hecho de ser joven. Dependo de la noche. No duermo ni llego a estar despierto. Aceleré años atrás y recopile en el maletero una variedad de necesidades de obligada pertenencia: frutas, hortalizas... He dejado la huerta vacía y todo apunto para dar el pistoletazo a la rave del siglo XXI. El capote se tiñe de colores neón. La tierra no podrá soportar ni la quinta parte de este nuevo imperio. El cuadrado ya tiene visibles sus punzantes esquinas. Solo falta unir los puntos para que el dichoso placer coja forma. Todo esto, tras casi dos décadas de guestbooks muertos.

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