30 abr 2008

I. in the jungle

Aquí no hay quien ande descalzo
aquí todos huelen mal
el mundo sabe lo que hay
y a nadie le gusta pisar mal con su pie
ni levantarse con el pie izquierdo.

Absolutamente nadie reconoce que apaga la luz
y hay cada personaje que se vale de la oscuridad
para iluminar sus partes más lucidas

Muchos tienen miedo al color negro
a la boca del lobo
al vicio
a ti

28 abr 2008

27 abr 2008

De perros

Ayer me fijé por fin cómo nos persiguen y nos amansanan. Será la falta de descanso el que me ayudó a ver el prisma desde otro ángulo. Caras grises, sin expresión, finas y cuasiplanas, que circulan por las vías impuestas como si de perros atados se tratase. Personas amontonadas por el pitido de las puertas del metro. Nos juntamos con quien sea para llegar a cualquier lugar y no hay lugar para quien quiera subir las escaleras sólo. No hay lugar para tantos. De hecho, hace falta más que valor para andar independientemente. Valor y dinero. No importan la chaquetas para afrontar el frío mañanero que me cambio cada día. No soy privilegiado por tener unos pantalones firmados. Qué sentido tiene pagar el bus cuando al conductor le importa un comino. Han atado bien a sus perros, perros hambrientos pero obedientes.

24 abr 2008

Humo blanco

El sonido de piezas de metal que coinciden, el deslizamiento de globos de agua por superficie inerte, el rozamiento de las puntas del tenedor con un plato de porcelana, la bocanada de aire de boca en boca que desvanece su serenidad, el olor a gasolina de un coche que pierde aceite y se resbala con su propia trayectoria, marionetas ciegas de dolor que van perdiendo el resto de sus sentidos con tal de no ser arrollados por el terror, la explosión de dos fuegos artificiales que se han abrazado y han dejado huella en el oscuro cielo de la noche.

23 abr 2008

Siesta y sueño

Malolienta almohada, demasiado usada a mi gusto. Siempre con la misma cabeza que reposa noche tras noche. Con los bordes más fríos que el centro y con la baba acumulada días atrás. Una almohada más muerta que su dueño, aplastada del peso de la cabeza que tantas vueltas da. Pido que me regalen una nueva, y son capaces de traerme la cama entera de estreno. Siendo esto el causante de mis estragos, me quedo con el reposacabezas de siempre. El único que escucha mis mil y una historias y sabe lo que significa la palabra "fidelidad". Parece que hablo de la mujer perfecta, ¿no es así?

20 abr 2008

El camino de los elefantes

Sigo el camino de los elefantes. El mismo camino para ver como transcurre el paso del tiempo hasta que llegue el lugar donde reposar y decir "basta". Es un camino con muchas eses, 100 metros valla, mil peripecias para poder seguir en el siguiente nivel... casi como un videojuego pero sin tanto mareo y colorido.

No estoy en ninguna secta, ni pertenezco a un club. No me hace falta agruparme con cierta gente para tener que llegar a la espectacularidad que me corroe. Sólo necesito el entendimiento de comunes. De personas que se parezcan mucho a mí, de que no les extrañe que haga ciertas acciones. Para cuando acabe el camino de los elefantes, quiero que estén conmigo. Voy a ser egoísta.

15 abr 2008

Narcóticos de segunda

Todo es de color rosa, hasta los cerdos pasan desapercibidos. Hay cierto pudor en instantes clave como tus estúpidas preguntas. Se plantea uno si todos reflexionan sobre lo mismo, o soy el que no coincide en el puzzle por involucrarme a un sistema tan perfeccionista y con bordes punzantes e hirientes.

La barra de cola posa cabizbaja. Pega papel, cartón, tela. Y no es de color rosa. Sin disolventes y además es roja. ¡Equilicuá! Somos más iguales de lo que pensamos.


"El hombre es un lobo para el hombre",
Thomas Hobbes

13 abr 2008

Tú no preocupar

Se ha hecho tarde y me agobio pensando que mañana tengo que madrugar una vez más, sin poder hacer mi descanso semanal de 10 horas en coma. El causante del frío debe de ser la ría, no tengo la culpa de estar congelándome cuando no me he parado de mover. Y tampoco para de llover por las calles de la ciudad más muerta del mundo. No soy capaz de bajarme los pantalones para hacer mis necesidades con tal de que no se me petrifique una de mis reliquias (sí, 22 años).

Y cojo el camino a la cama desde el otro lado del barrio. Voy escuchando como el sonido de mis pasos llega a cada hueco de los portales y rebota provocándome la sensación de que soy perseguido por algún "latinkín" o "chino despelleja-gatas". Vale, no vamos a clasificar a nadie de delicuente. Al fin y al cabo, me deberían de detener a mí por mis injurias y barbaridades. Y es que se creen que soy un diablo cuando soy el más bueno de todos. No te preocupes que me cuido. Molto molto.

4 abr 2008

La bocinada del payaso

Cuantas veces tendré que detallar acontecimientos
y detallarme yo mismo antes de que sucedan. Soy comida precocinada que se deja llevar por quienes le tocan. Soy comida que es devorada y dificil de tragar por gargantas ajenas. Y esa es la rueda que no para de girar y la cuerda que nunca atará el bipolarismo. Enredado entre calculadores/as, apoderado por las instrucciones de uso. Perdido en una jungla de vicio y malos humos. Soporte de muchos tacones con suela desgastada y peligro de que se rompan.

Perro ladrador/poco mordedor dicen por ahí. Espera a que me ponga mis atuendos y toque de una vez por todas la primera bocinada de una secuencia de desfases catástroficos y de muy buen ver. Y oir.



No es un juego, prueba de este fuego.
Explota-sesos.

3 abr 2008

1 abr 2008

Llegarrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

Intento no llamar la atención con el tic nervioso de mis piernas cuando voy sentado en una de esas humildes sillas del bus urbano. El cartel de "parada solicitada" y el pitido que le acompaña siguen poniéndome nervioso. No llego. La señora del frente me escanea de arriba a abajo y pensará: "va a donde la novia", "es estudiante porque lleva libros", "unos 22 años"...

Y yo de mientras, esperando a que se pare el tiempo y me deje margen como para llegar sano y salvo y sin ningún incidente de por medio. Tras pensar esto, el primer semáforo se pone en rojo. Los 30 y algo segundos que dura la cuenta atrás para los viandantes se me hace eterno. La verdad es que nunca me había fijado lo mucho que puede dar tan poco tiempo. Y el conductor feliz con sus canciones y "principales". No le importa ir más lento. De hecho, está trabajando. ¿Para qué esforzarse por los demás? No le importa nada.

"Joder, que ya llego" -entre susurrantes gritos-. Le doy al botón del "stop". Una chica y yo lo hacemos al mismo tiempo. Me dedica una sosa sonrisa de nena feliz y bajo.

Llueve y yo sin paraguas.