12 mar 2008

Límites insospechados

Hablo de un proceso terapéutico cuando uno reconoce que limita su acciones por el mero hecho de no quedar en ridículo. El proceso consiste en cerrar los ojos, ignorar a un área de 10 metros de radio, taparte los oídos y pensar sólo en lo que quieres hacer en el momento. Centrarte en tus palabras para que puedan funcionar como flor o balas.

Ya no hay sitio para dos en una jaula que ántes sólo era para luciérnagas. Me he convertido en un animal que no cabe en sí mismo. Anhelo la comodidad que tenía ántes, justo cuando no existían barrotes ni fronteras que me separaran de la vida. Aunque siga escribiendo desde la oscuridad, siempre habrá algún rayo de luz que se atreva a salir desde el mínimo recovejo de mi guarida.

No hay comentarios: