5 may 2008

Viudo

Decirle a todo adiós. No es tan difícil como una despedida desde un barco que surca a horizontes desconocidos. Sería ideal agitar el pañuelo con las mismas ganas que las mujeres que se plantean su futura viudez. La única ocupación y preocupación que les queda. Se respira cierto pudor a lo que se puede avecinar y poco sentido aventurero. Mueren las ganas de compartir el mismo trozo de tiempo bajo las atentas miradas de los hojeadores del amor. Llega un punto en el que el control llena los pulmones hasta presionar el pecho y crear un estilo de remake de 'Alien Resurrección' pero con no tan mal gusto.

Cada vez creo más en el hecho de creer. Vivir sólamente de creer en algo. Porque el querer siempre tiene un final decadente, aunque uno no se lo crea. Como alguien me dijo alguna vez hace unos cuantos años, cree en Dios. Habrá que modelar de alguna manera dicha afirmación.

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