Por que pocos centimetros se separan
y cuanto cambia el ambiente del interior al exterior.
Hace falta abrigarse para no recibir los punzantes rayos de tormenta del cielo abierto.
Tantos momentos intercalados y dificultosamente enlazados.
Entre cuatro paredes, observando lo de fuera a través de la diminuta ventana
sin formar parte de ello,
inconforme ante el espectáculo.
Lo diferente que pensamos querida mitad,
y lo bien que nos llevamos,
aunque parezca mentira.
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