5 feb 2008

Me he vuelto a despertar en plena noche,
cuando todavía se oían los gritos sordos de la oscuridad
y se sentían las caricias de las teclas empolvadas del piano.

No se trata de creer o no en fantasmas,
es cuestión de improvisar el hecho de que te asustes o no de un pasillo sin luz o del crujir de las persianas que no permanecen sujetas.

Un sin fin de razones por las que uno no sabe ni donde está en ese momento,
si sigue en la nube del sueño,
si cae de sopetón contra el suelo.

Me desperté porque me costaba respirar,
tragué demasiado, me llené de espeso chocolate, rocié mi piel con gasolina,

ansiedad.

Desperté para volver a nacer.
Y tras esto, encendí la lampara de mi mesilla. No hubo cambios.
La vida seguía igual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

wah!! ona!!