2 feb 2008

Tick tick... BOOM!

Un día me contaron un cuento donde no había ni principes ni princesas. No tenías que ser perfecto para ser el mejor. Una historia donde los colores se entremezclaban entre el lienzo predominado por el blanco y el negro. No todo era cuestión de vida o muerte, lo único que hacia falta era encontrar la manera de sobrevivir. Buscar en el contínuo período el lugar adecuado para plantar la semilla y dejarla volar.

Los protagonistas eramos nosotros, los mismos que a contracorriente, enfrentándonos a la fuerza del viento, decidimos no caer en reglas u "obligaciones". Queríamos pintar el cuadro de sencillez, tirando a la abstractez, para así poder llegar sólo a la gente que nosotros queríamos llegar, a la gente que nos importaba.

Y te vas dando cuenta de que el tiempo transcurre, y de la misma forma que se escapan los segundos, se van las oportunidades. Que sea lo que Dios quiera. Vamos a empezar a quitarle los filtros que difuminan la claridad de mi trabajo. A sentirnos más libres si cabe. No es suficiente decir que estás cansado, piensa que te persiguen, corre como si todo acabara.

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