23 abr 2008

Siesta y sueño

Malolienta almohada, demasiado usada a mi gusto. Siempre con la misma cabeza que reposa noche tras noche. Con los bordes más fríos que el centro y con la baba acumulada días atrás. Una almohada más muerta que su dueño, aplastada del peso de la cabeza que tantas vueltas da. Pido que me regalen una nueva, y son capaces de traerme la cama entera de estreno. Siendo esto el causante de mis estragos, me quedo con el reposacabezas de siempre. El único que escucha mis mil y una historias y sabe lo que significa la palabra "fidelidad". Parece que hablo de la mujer perfecta, ¿no es así?

No hay comentarios: