Eran aproximadamente las 7 de la tarde y aunque conocía el sitio lo suficiente reconozco que me sentí como hace un año. Tenía que volver a ajustar esa distancia de todo un verano con la gente que tanto aprendí y espero seguir aprendiendo. Y tenía que empezar a calentar el motor para la nueva gente que esperaba ver, conocer y disfrutar. Todo esto en un marco incomparable, Bilbao.
Unos se van, otros vienen. En un año cambian mucho las cosas pero por favor, little me, no te olvides de mí.
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